CÓMO HACER KOMBUCHA EN CASA EN 10 PASOS

¡Con 3 trucos de regalo para mejorarla!

El té fermentado, la kombucha, está en boca de todos. Son muchos los que hace años que lo descubrieron y disfrutan de su sabor y sus beneficios, pero la bebida ha ganado popularidad los últimos años y cada vez tiene más adeptos. ¿Te animas a elaborar tu propia kombucha en casa? No es nada difícil y los ingredientes son mínimos y, sobre todo, muy fáciles de encontrar. De hecho, esta es la esencia de esta bebida viva y llena de salud: menos es más. Únicamente necesitarás agua, té verde o negro, preferiblemente; azúcar y un SCOBY (acrónimo de colonia simbiótica de bacterias y levaduras) con un poco de líquido iniciador (starter).

Hay otro ingrediente que, aunque intangible, es realmente imprescindible para la elaboración de la kombucha: el tiempo. En una época donde las prisas están al orden del día, si no tienes tiempo de hacértela, recuerda que nosotros te lo ponemos muy fácil. Puedes adquirir kombutxa ya lista para tomar, con ingredientes reales, naturales y ecológicos, envasada en vidrio y con una cantidad de azúcar mínima, en más de 6.000 establecimientos físicos (herbolarios, tiendas y supermercados ecológicos, restaurantes, cafeterías…) y también en nuestra tienda online.

Para conseguir una kombucha de calidad, no sobrecargada de azúcar, cosa que le restaría cualidades saludables, es muy importante paciencia y esperar a que la fermentación se lleve a cabo. En este tiempo, la magia habrá actuado y lo que podría ser una simple infusión de té, adquiere propiedades digestivas y desintoxicantes y estupendos probióticos naturales. Asimismo, la kombucha está repleta de ácidos orgánicos, enzimas, minerales, vitaminas… una joya, ¡vamos! Sus burbujas y sus sabores la convierten en la alternativa perfecta y, sobre todo, saludable a los refrescos y a las bebidas de baja graduación alcohólica.

¿Qué necesito para elaborar kombucha en casa?

  • Agua. Nosotros utilizamos agua filtrada. Prueba con distintas aguas y quédate con la que más te convenza. Lo más importante es que no tenga cloro.
  • Té, verde o negro. Necesitas una infusión que contenga taninos para que la fermentación se lleve a cabo. Escoge el tipo y la variedad de té que más te guste. No hagas inventos porque en la bebida final apenas queda teína, si es una cosa que te preocupa.
  • Azúcar. Cuanto más simple sea, mejor. Es imprescindible para la fermentación, ya que es el combustible que emplean las levaduras y bacterias.
  • SCOBY. Conocido también como madre u hongo de la kombucha, conseguirá iniciar y finalizar la fermentación una y otra vez. Mímalo y cuídalo como a un bebé. En nuestro caso, lo «alimentamos» con azúcar de caña ecológico. Mejor no usar panela, melaza, ágave…  ya que a las bacterias les costará más llegar hasta las moléculas sencillas de glucosa y fructosa ¡SCOBY loves AZÚUUUUCAR!
  • Líquido iniciador. Es imprescindible usar kombucha de un lote anterior por dos motivos: ese líquido es rico en levaduras y bacterias que van a fermentar el té, y, además, tiene un pH muy bajo, lo que garantiza que la fermentación no se estropee.
  • Recipiente de vidrio grande. Será la ‘casa’ de la kombucha durante las semanas que se encuentre fermentando. Importante: que sea de vidrio y con una boca ancha. Escógelo de buena calidad y lo suficientemente grande.
  • Un paño de algodón. No queremos ningún intruso dentro de nuestra kombucha, pero sí que necesitamos que entre oxígeno para que se lleve a cabo la fermentación. Sujetaremos el paño, en el cuello del recipiente, con una goma o un cordón fino.

Manos a la obra, kombucher@s, ¡a hacer kombucha!

Antes de nada, lávate las manos. Prepara a consciencia el espacio donde vas a preparar tu kombucha casera. No ensuciarás mucho, te lo prometemos. Además, no necesitarás más espacio que el que ocupe ese bote de vidrio que has escogido para que habite y fermente tranquilamente.

Y ahora sí, allá vamos con la receta para un litro. Si quieres hacer más cantidad porque tu bote de cristal es más grande, hazla de manera proporcional:

  1. Pon a calentar un litro de agua. No dejes que llegue a hervir. Idealmente, tiene que llegar a los 80 grados.
  2. Infusiona 3 cucharadas soperas bien cargadas del té que hayas elegido en esa agua caliente. Es muy importante que sea de la familia Camelia sinensis (té verde o té negro). Déjalo más rato del que lo dejarías si te tomarás tu la infusión. Necesitamos que sea amargo, señal que ha extraído bien los taninos. Si te preocupa la teína que pueda tener la kombucha resultante, puedes leer este artículo.
  3. Añade 70 gramos de azúcar.
  4. Deja enfriar. No queremos matar al SCOBY, ¿verdad? Nos va a acompañar un largo tiempo y es importante no olvidar que las bacterias y levaduras que contiene están vivas y que el calor se las cargaría directamente.
  5. Espera unas horas. Ahora sí: ¿ya está a temperatura ambiente? Momento de añadir el SCOBY y el líquido iniciador, alrededor de un 20%. ¡Alucina, día a día, viendo cómo el SCOBY se acomoda en el bote!
  6. Tapa el tarro con el paño de algodón y coloca con precisión la goma que lo sujete.
  7. Ahora toca: es-pe-rar (bastante más). Evidentemente, el té estará fermentado en muy pocos días, pero, si no quieres tomar azúcar a tope ni el alcohol que también se produce durante el proceso de fermentación, es importante que te armes de paciencia. En Mun Kombucha, para que te hagas una idea, esperamos hasta 30 días para dar la primera parte del proceso por finalizada.
  8. Si quieres saborizarlo, ahora es el momento. Reserva el SCOBY y aproximadamente un 20% del líquido, y utiliza para consumir el 80% restante. Añade a la kombucha que has separado zumos de fruta o de verdura, de raíces, infusiones… Deja volar tu imaginación y disfruta de las mezclas más personales y atrevidas.
  9. Ahora, ponlo dentro de una botella. Es muy importante que ésta cierre correctamente si quieres hacer carbonatación natural (¡las burbujitas!). Espera unos días más. ¡Tu kombucha casera está lista! Burbujeante y sorprendente.
  10. Si has hecho bien todo el proceso, tu kombucha tendrá muy poco azúcar y no hará falta que la pongas en la nevera para parar la fermentación. Si no es así, la botella directa a la nevera. Verás si ha fermentado demasiado y necesita frío si al abrirla está a rebosar de gas incontrolable.

¿Te apetece mejorar aún más tu kombucha? Tenemos 3 trucos infalibles

  • Compra un medidor de pH de piscinas. Es económico y te ayudará a controlar el pH de tu kombucha en el momento que hagas la mezcla. Tiene que estar por debajo de 4. También te servirá para ir controlando el pH durante el proceso de fermentación ¡No midas nunca el pH dentro del bote! Podrías contaminar la mezcla. Saca siempre una pequeña cantidad en un vasito y mide desde allá. Aprovecha para probarla e ir viendo como evoluciona su sabor a lo largo de los días de fermentación. Cuando te guste su sabor, quédate con ese valor de pH para tener una referencia.
  • La fermentación depende total y absolutamente de la temperatura. Tenlo en cuenta. Tu kombucha fermentará más lento en invierno que en verano. Si compras una estufa para reptiles y la colocas bajo el tarro de vidrio cuando las temperaturas son más bajas, lograrás tener bajo control la temperatura, que será constante.
  • ¡Experimenta con otras infusiones! El té se utiliza porque es rico en compuestos fenólicos, catequinas y flavonoides, minerales. Pero también necesitamos extraer los taninos. No todas las infusiones tienen taninos, por ejemplo, el rooibos no tiene. Puedes substituir el té por hojas que sí que tengan, como la hierba luisa, el romero, el tomillo…

¡Feliz fermentación, Kombutxalover!

En este vídeo, puedes ver el proceso a lo grande. Así hacemos Kombutxa en nuestro obrador de Mataró.

Los 25 errores a evitar haciendo kombucha en casa

El arte de la fermentación ha cautivado a culturas de todo el mundo durante siglos. Para muchos, el proceso de elaboración de kombucha en casa se ha convertido en una pasión. Pero, como cualquier arte, la preparación de kombucha tiene sus desafíos. Aunque es una aventura emocionante y gratificante, es fácil tropezar con pequeños errores que pueden afectar la calidad y el sabor de tu bebida.

Para asegurarte de que tu viaje en la elaboración de kombucha sea lo más fluido y exitoso posible, hemos compilado una lista de los 25 errores más comunes que los principiantes suelen cometer. Estas pauntas te ayudarán a evitar caídas comunes y a mejorar tu técnica de fermentación. Así que, antes de sumergirte en el fascinante mundo de la kombucha casera, tómate un momento para familiarizarte con estos puntos esenciales:

  1. No limpiar adecuadamente tus utensilios: La limpieza es vital para el éxito de la fermentación. Asegúrate de esterilizar tus herramientas con vinagre blanco destilado y luego enjuagarlas con agua hirviendo.
  2. Usar botellas de plástico o metal: Evita recipientes que no sean de vidrio. Las botellas de fermentación de vidrio son las más adecuadas para resistir la carbonatación.
  3. Comprar un SCOBY: Si bien es posible comprar un SCOBY, obtener uno de un amigo o conocido que ya haga kombucha es una excelente opción. No solo es más sostenible y económico, sino que te proporciona una conexión más personal con el proceso de fermentación. Además, compartir SCOBY es una tradición en la comunidad de fermentadores y fortalece el sentido de comunidad entre los amantes de la kombucha.
  4. Agregar vinagre a la mezcla: Aunque la kombucha tiene una componente acéticae, no debes añadir vinagre adicional, ya que esto puede estropear la fermentación.
  5. Elegir el té inicial incorrecto: Al elegir un té, evita las infusiones herbales y opta por tés auténticos como el negro, verde o el oolong.
  6. Usar agua del grifo sin filtrar: El cloro del agua del grifo pueden ser perjudiciales para el SCOBY. Usa filtros o métodos para eliminar estos compuestos antes de usar el agua, o bien usa agua mineral
  7. Comenzar con té sobreinfusionado: El tiempo de infusión del té es crucial. Un té demasiado fuerte puede afectar negativamente el sabor y la salud del SCOBY.
  8. Combinar té caliente con SCOBY: Asegúrate de que el té esté a una temperatura adecuada (por debajo de 37º) antes de añadir el SCOBY.
  9. Intentar hacerlo sin azúcar: El azúcar es esencial para el proceso de fermentación. No intentes sustituirla por edulcorantes no calóricos.
  10. Agregar sabores demasiado pronto: Los sabores deben añadirse durante la segunda fermentación, no durante la primera.
  11. Elegir un lugar de almacenamiento inadecuado: El lugar donde fermentas tu kombucha debe ser oscuro, fresco y con flujo de aire adecuado, alejado de la luz directa del sol y productos químicos.
  12. No mantener una temperatura constante: La temperatura juega un papel importante en la fermentación. Es esencial mantener un rango de temperatura constante para lograr una kombucha de calidad.
  13. Cortar el flujo de aire durante la fermentación temprana: La kombucha necesita respirar durante las primeras etapas de la fermentación. No cubras el recipiente herméticamente al principio.
  14. No supervisar el proceso: Es esencial probar y observar tu kombucha regularmente para asegurarte de que se esté fermentando correctamente.
  15. Ser creativo con las proporciones: Si bien experimentar puede ser divertido, es vital seguir la receta y mantener las proporciones correctas, especialmente cuando eres principiante.
  16. Ignorando la relación azúcar-té. El azúcar es esencial para el SCOBY, ya que se alimenta de ella y la convierte en ácidos beneficiosos. Ignorar o alterar la relación recomendada de azúcar a té podría resultar en una kombucha desequilibrada o en un SCOBY hambriento. Es fundamental mantener la proporción correcta para asegurar un fermento saludable.
  17. Descuidar el SCOBY. El SCOBY es el corazón de tu kombucha, y descuidarlo puede ser perjudicial para tu bebida. Asegúrate de manejarlo con cuidado, no exponerlo a temperaturas extremas y renovarlo o compartirlo cuando sea demasiado grande o antiguo.
  18. No rotar o renovar el SCOBY. Con el tiempo, el SCOBY crecerá en grosor y podría volverse menos efectivo. Es buena idea rotarlo o usar capas más jóvenes del SCOBY para mantener la calidad de tu kombucha. Además, compartir o regalar capas del SCOBY a amigos o familiares es una excelente manera de difundir el amor por la kombucha.
  19. No tapar correctamente el recipiente durante la fermentación. Mientras que la kombucha necesita respirar durante la primera fermentación, es crucial evitar contaminantes como insectos o polvo. Utilizar un paño de tejido fino o una toalla de papel, asegurado con una banda elástica, permite que el aire entre mientras se mantiene la kombucha a salvo.
  20. Usar la kombucha como «curativa» sin investigación previa. Aunque la kombucha tiene propiedades beneficiosas, no debe considerarse una panacea o cura para todas las enfermedades. Antes de consumirla con propósitos medicinales, es importante investigar y consultar a un profesional de salud.
  21. Ignorar la formación de moho. Si aparece moho en tu kombucha, es una señal de que algo salió mal. El moho puede ser peligroso, por lo que si ves alguna formación de moho en tu kombucha o en el SCOBY, es esencial desechar todo y comenzar de nuevo.
  22. Dejar que la kombucha fermente por demasiado tiempo. Aunque un tiempo de fermentación más largo puede reducir el contenido de azúcar, también puede hacer que la kombucha sea demasiado ácida o avinagrada. Es crucial encontrar un equilibrio para obtener un sabor agradable.
  23. Ignorar los signos de un SCOBY enfermo. Si tu SCOBY comienza a oler mal, a cambiar de color de manera extraña o a desarrollar texturas inusuales, podría estar enfermo o contaminado. En este caso, es mejor desecharlo y comenzar con un nuevo SCOBY.
  24. No probar la kombucha regularmente. El gusto personal juega un papel crucial en el punto óptimo de fermentación. Probar la kombucha regularmente te ayudará a determinar cuándo está lista para tu paladar.
  25. No disfrutar del proceso. Hacer kombucha en casa es una experiencia gratificante y divertida. Aunque hay errores que pueden ocurrir, la clave es aprender de ellos y disfrutar del arte de fermentar en casa.

Si después de toda esta información te quedan dudas, te recomendamos encarecidamente que leas El gran libro de la kombucha, escrito por Hannah Crum.

Hannah es la fundadora de kombuchakamp.com, la página sobre kombucha más visitada del mundo. Además es la presidenta de la Kombucha Brewers International, la asociación que aglutina los productores de kombucha más concienciados del mundo por hacer un producto excelente, entre ellos Mun Kombucha ;-)

En el libro encontrarás toda la información que te puedas imaginar sobre trucos, recetas, materiales, técnicas y un largo etcétera que resolverán todas las dudas que te puedas plantear y te adentrarán todavía más en el apasionante mundo de elaborar kombucha.