Hacemos exactamente la kombucha que nos hubiera gustado encontrar en tiendas cuando empezamos a consumirla. Sin pasteurizar, con el mínimo azúcar residual y 100% ecológica. Kombucha de la buena. La favorita de los especialistas en salud y de miles de clientes satisfechos.
SOBRE NOSOTROS
Ni viajes, ni descubrimientos astrales. La kombucha llegó
a nuestra vida en 2013. O, mejor dicho, nos encontró para resolver un problema de salud. Después de 30 años de búsqueda, topamos de narices con una bebida que tenía 2.000 años de historia. Empezamos a elaborarla y decidimos comercializarla. Porqué los secretos están para compartirse.
La locura por la búsqueda de la salud
Jordi está diagnosticado de síndrome de Gilbert. Y durante 30 años sufrió las molestias de esta dolencia que, entre otros, dificulta la desintoxicación hepática. Tenía dolor de cabeza a diario. Siempre estaba cansado. Demasiado a menudo tenía contracturas.
No te vamos a engañar. Lo había probado todo para encontrarse bien. Hasta que un terapeuta apuntó una solución singular: incorporar más fermentados a su dieta.
Primero fueron el pan de masa madre, el chucrut y los encurtidos. Después, subimos un peldaño. Y llegaron el kefir y el kimchi. Nuestra casa, nuestra cocina, rebosaba de bacterias y levaduras.
Pero investigando que es gerundio llegamos hasta la kombucha. Una bebida que era una gran desconocida aquí. En tiendas, nadie sabía cómo conseguirla.
Decimos elaborarla. Y dimos en el clavo. Fue, literalmente, como encontrar la poción mágica de Asterix o las espinacas de Popeye.
La pesada mochila que Jordi había llevado encima durante tres décadas, se aligeró. De golpe y porrazo. Se terminaron los analgésicos, se acabaron las visitas constantes al fisio y al osteópata.
No dudamos. No podíamos quedarnos el descubrimiento para nosotros. Todo el mundo tenía que experimentar lo bien que te sientes cuando tomas kombucha. Nacía Mūn.
Mejor juntos
Encajaron todas las piezas. El equipo fundador de Mūn somos firmes defensores de que un estilo de vida saludable se explica con una alimentación limpia, con el cuidado de la conexión entre el primer y el segundo cerebro y con un buen vínculo con la naturaleza.
Son preceptos que seguimos en casa y que hemos querido
trasladar a nuestra compañía.
Jordi, con Gilbert; Mercè, eliminando tóxicos con dificultad;
y uno de nuestros peques tiene múltiples alergias alimentarias. El camino de investigación alrededor de la salud había sido largo y muy intenso en casa.
Hasta que la kombucha llamó a nuestra puerta. Poco a poco, todo fue cuadrando. Y todo empezó a ponerse en su sitio.
La kombucha se convirtió en la piedra angular de nuestra salud. ¡También puede serlo de la tuya!
La cocina como laboratorio
Nuestras primeras fermentaciones de kombucha fueron en la cocina de casa. Tenemos que confesarlo: sabían un poco a rayos.
Pero poco a poco, fuimos perfeccionando la receta para encontrar el punto justo a una bebida que aquí nadie comercializaba y de la que no teníamos referencias.
Al principio, la ofrecíamos a amigos que, con cierta reticencia, la probaban. Y no sabían decir si les gustaba. Lo cierto es que, al poco tiempo, ¡nos pedían rellenar sus botellas!
Pero un día se nos acabaron los amigos a los que regalar kombucha. Y fue entonces cuando decidimos emprender. ¡Todo el mundo tenía que probarla!
Y ese fue el click por el que un ingeniero y una periodista nos metimos en la elaboración de una bebida saludable que apenas nadie conocía.
Aparcamos planos y cálculos, ruedas de prensa y reportajes, para poner en marcha oficialmente el primer obrador de kombucha orgánica y envasada en vidrio de toda España.
Queríamos conseguir que la gente disfrutara, literalmente. Y que lo hiciera con una bebida ultrasaludable, absolutamente natural, con ingredientes certificados ecológicos y con el mínimo azúcar posible.
Queríamos ofrecer la mejor kombucha del mundo. La que nos hubiera gustado encontrar en tiendas cuando empezamos a tomarla.
Y es así como, desde 2015 elaboramos: con los mejores ingredientes ecológicos y, sobre todo, con mucho mimo y paciencia.
El obrador más moderno
Desde el día cero, Mūn está impregnada de precisión. La
bebida es incontrolable, pero intentamos domesticar su elaboración.
Los conocimientos de ingeniería aplicada durante décadas,
sirvieron a Jordi Dalmau para crear un obrador totalmente domotizado.
En él sólo entra materia prima de primerísima calidad. En la medida de lo posible, de proximidad. Siempre certificados ecológicos para evitar la presencia de tóxicos.
El proceso de elaboración es minuciosamente controlado. A la vez, respetamos tempos y tenemos en cuenta variables como la temperatura o la humedad.
Los más de 1.200 metros cuadrados de Mūn cuentan con la certificación de IFS Food, el sello de calidad alimentaria más estricto del mundo. Aseguramos de esta manera que cuando tomas nuestra kombucha, tiene todas las garantías.
La locura por la búsqueda de la salud
Jordi está diagnosticado de síndrome de Gilbert. Y durante 30 años sufrió las molestias de esta dolencia que, entre otros, dificulta la desintoxicación hepática. Tenía dolor de cabeza a diario. Siempre estaba cansado. Demasiado a menudo tenía contracturas.
No te vamos a engañar. Lo había probado todo para encontrarse bien. Hasta que un terapeuta apuntó una solución singular: incorporar más fermentados a su dieta.
Primero fueron el pan de masa madre, el chucrut y los encurtidos. Después, subimos un peldaño. Y llegaron el kefir y el kimchi. Nuestra casa, nuestra cocina, rebosaba de bacterias y levaduras.
Pero investigando que es gerundio llegamos hasta la kombucha. Una bebida que era una gran desconocida aquí. En tiendas, nadie sabía cómo conseguirla.
Decimos elaborarla. Y dimos en el clavo. Fue, literalmente, como encontrar la poción mágica de Asterix o las espinacas de Popeye.
La pesada mochila que Jordi había llevado encima durante tres décadas, se aligeró. De golpe y porrazo. Se terminaron los analgésicos, se acabaron las visitas constantes al fisio y al osteópata.
No dudamos. No podíamos quedarnos el descubrimiento para nosotros. Todo el mundo tenía que experimentar lo bien que te sientes cuando tomas kombucha. Nacía Mūn.
Mejor juntos
Encajaron todas las piezas. El equipo fundador de Mūn somos firmes defensores de que un estilo de vida saludable se explica con una alimentación limpia, con el cuidado de la conexión entre el primer y el segundo cerebro y con un buen vínculo con la naturaleza.
Son preceptos que seguimos en casa y que hemos querido
trasladar a nuestra compañía.
Jordi, con Gilbert; Mercè, eliminando tóxicos con dificultad;
y uno de nuestros peques tiene múltiples alergias alimentarias. El camino de investigación alrededor de la salud había sido largo y muy intenso en casa.
Hasta que la kombucha llamó a nuestra puerta. Poco a poco, todo fue cuadrando. Y todo empezó a ponerse en su sitio.
La kombucha se convirtió en la piedra angular de nuestra salud. ¡También puede serlo de la tuya!
La cocina como laboratorio
Nuestras primeras fermentaciones de kombucha fueron en la cocina de casa. Tenemos que confesarlo: sabían un poco a rayos.
Pero poco a poco, fuimos perfeccionando la receta para encontrar el punto justo a una bebida que aquí nadie comercializaba y de la que no teníamos referencias.
Al principio, la ofrecíamos a amigos que, con cierta reticencia, la probaban. Y no sabían decir si les gustaba. Lo cierto es que, al poco tiempo, ¡nos pedían rellenar sus botellas!
Pero un día se nos acabaron los amigos a los que regalar kombucha. Y fue entonces cuando decidimos emprender. ¡Todo el mundo tenía que probarla!
Y ese fue el click por el que un ingeniero y una periodista nos metimos en la elaboración de una bebida saludable que apenas nadie conocía.
Aparcamos planos y cálculos, ruedas de prensa y reportajes, para poner en marcha oficialmente el primer obrador de kombucha orgánica y envasada en vidrio de toda España.
Queríamos conseguir que la gente disfrutara, literalmente. Y que lo hiciera con una bebida ultrasaludable, absolutamente natural, con ingredientes certificados ecológicos y con el mínimo azúcar posible.
Queríamos ofrecer la mejor kombucha del mundo. La que nos hubiera gustado encontrar en tiendas cuando empezamos a tomarla.
Y es así como, desde 2015 elaboramos: con los mejores ingredientes ecológicos y, sobre todo, con mucho mimo y paciencia.
El obrador más moderno
Desde el día cero, Mūn está impregnada de precisión. La
bebida es incontrolable, pero intentamos domesticar su elaboración.
Los conocimientos de ingeniería aplicada durante décadas,
sirvieron a Jordi Dalmau para crear un obrador totalmente domotizado.
En él sólo entra materia prima de primerísima calidad. En la medida de lo posible, de proximidad. Siempre certificados ecológicos para evitar la presencia de tóxicos.
El proceso de elaboración es minuciosamente controlado. A la vez, respetamos tempos y tenemos en cuenta variables como la temperatura o la humedad.
Los más de 1.200 metros cuadrados de Mūn cuentan con la certificación de IFS Food, el sello de calidad alimentaria más estricto del mundo. Aseguramos de esta manera que cuando tomas nuestra kombucha, tiene todas las garantías.
Porque tenemos un propósito
Nuestra misión
Dar a conocer los beneficios, el bienestar que experimentas des del primer sorbo de kombucha.
Quizás te parecerá que somos un poco happy flowers. Pero este es nuestro ikigai. Nuestra principal razón de ser. Conseguir que la gente que consume nuestra kombucha se encuentre de perlas.
Porque somos lo que comemos y también lo que bebemos.
Es por eso por lo que sólo utilizamos ingredientes ecológicos, que nuestros procesos son totalmente naturales y que no añadimos aditivos de ningún tipo a nuestras bebidas.
Sin trampa ni cartón.
Y tal y como te cuidamos a ti, también queremos cuidar del Planeta. Es por esto que, para la elaboración de nuestra kombucha, utilizamos energía eléctrica procedente de recursos renovables.
Asimismo, trabajamos para reducir al máximo el volumen de residuos y con una política de cero emisiones de CO₂ como objetivo.
Por todo esto, Mūn Ferments está comprometida con la elaboración de productos saludables, seguros y beneficiosos para la salud utilizando únicamente ingredientes de origen ecológico.
Para su elaboración, utilizamos energía eléctrica procedente de recursos renovables.
Roma no se hizo en un día
Cómo ha evolucionado Mūn Kombucha
Lo que empezó en casa, en el mármol de nuestra cocina, pasó por un bodega de vino y un local de 120 m2. Y ha acabado en un moderno obrador en Mataró, una población costera al lado de Barcelona. En medio de la playa y la montaña, la capital de la comarca del Maresme, tiene un clima suave y sin grandes alteraciones perfecto para la elaboración de kombucha.
About
Somos diferentes
Ser pioneros fue y continúa siendo todo un reto. Y también una gran responsabilidad.
Abrir camino es definir en la mente del consumidor un producto desconocido.
En Mūn lo tuvimos muy claro. Solo podíamos hacer la mejor kombucha.
Y esto se traduce en escoger ingredientes 100% naturales, de primera calidad y certificados ecológicos.
Y también significa, ofrecer un producto con el mínimo azúcar residual. Nuestro exclusivo proceso de fermentación consigue que nuestras variedades sean las que menos azúcar contienen de todas las que se comercializan. Hasta 18 veces menos azúcar que algunas marcas.
Un dato que se dice rápido, pero que significa que, además de ahorrarte muchísimo azúcar en cada sorbo, también estás invirtiendo en la salud del planeta.
Sin apenas azúcar, nuestras kombuchas no necesitan estar en frío durante el transporte. Ni tampoco en tu casa. Tu nevera, ¡libre para alimentos frescos y perecederos a tope!
Y no, no están pasteurizadas. No queremos que nadie se pierda los beneficios que le otorgan los probióticos naturales surgidos durante el proceso de fermentación.
Te contamos: con menos azúcar dentro de la botella, no hay peligro de que refermente estando a temperatura ambiente. Los microorganismos no pueden seguir trabajando porque se les ha terminado el combustible.
Imagina el ahorro energético de este simple gesto: no hace falta electricidad. Y ahorro también medioambiental: minimizando las emisiones de CO₂ a la atmosfera, que es hasta 180 veces menor que una kombucha que necesita estar en frío durante toda su vida útil.
También ahorramos en tóxicos. Todos nuestros ingredientes tienen certificado orgánico. No utilizamos concentrados, colorantes ni conservantes.
Los mejores ingredientes
La elaboración de nuestras kombuchas empieza con una infusión con té verde. No uno cualquiera. Escogimos el mejor. De la variedad Lung Ching, el más ecológico que se cultiva en el mundo, que sólo se recoge en primavera y que es muy apreciado por los expertos.
El azúcar ecológico de caña lo endulza y sirve de combustible para los microorganismos -bacterias y levaduras- que harán posible la fermentación.
Una fermentación larga, reposada y muy muy cuidada, que consigue que nuestras bebidas sigan fielmente la receta tradicional milenaria que data del año 221 aC en la antigua China, para mejorarla y hacerla lo más saludable posible.
El resultado es una bebida superauténtica, increiblemente desintoxicante, rica en probióticos naturales que ayudan la digestión y absorción de nutrientes, liberan al cuerpo de toxinas, limpian el sistema digestivo y activan la inmunidad.
Nuestras kombuchas adquieren su burbuja natural de manera espontánea durante el proceso de fermentación.
¿Por qué sostenible?
Envasamos todas nuestras variedades en vidrio o en lata libre de BPA. Materiales reciclables y reutilizables que, al ser inertes no traspasan partículas peligrosas al contenido.
Con el objetivo de reducir al máximo la huella medioambiental, promovemos la instalación en comercios de tiradores de kombucha a granel. Un sistema perfecto para rellenar los envases infinitamente con tu kombucha preferida.
El decálogo de Mun Kombucha
1 Menos es más
2 Método tradicional
3 Slow fermentation
4 ¿Azúcar? ¡no gracias!
5 Bebida viva
6 Certificada ecológica
7 Objetivo: huella de carbono cero
8 ¿Reciclable, reutilizable y saludable?
9 Controlando el proceso de principio a fin
10 R+D forever
Núria Coll nos entrevista en su podcast de Soycomocomo
Más de 350.000 visualizaciones
La kombucha es la bebida de moda. Puedes comprar kombucha en tiendas ecológicas, herbolarios y supermercados y también online.
Lo que poca gente sabe es que, además de sus propiedades probióticas, sus ácidos orgánicos le confieren efectos increíblemente beneficiosos.
Jordi Dalmau es ingeniero de profesión y CEO de MUN KOMBUCHA. Elaborada en Barcelona, esta bebida se diferencia por su bajísimo contenido de azúcar residual. ¡Tan poco, que no hace falta guardarla en la nevera!
100% natural y ecológica. Además de vegana, artesanal y sin pasteurizar.
Conócelo todo sobre este té fermentado de orígenes milenarios que se ha convertido en la alternativa saludable a los refrescos y a las bebidas de baja graduación.