La poquísima cantidad de azúcar residual que contiene, convierte a nuestra kombucha en la única artesanal y sin pasteurizar que no requiere frío para su conservación ni transporte. Solo necesitas un lugar alejado del calor para guardarla. Cuando la hayas abierto, ahora sí, consérvala dentro del refrigerador y bébetela en 7 días.